Nuevamente la historia transcurre en la Ciudad de Carcassonne... pero esta vez los niños son los protagonistas. Es el 14 de Julio, el día nacional de Francia y es tradición dejar en libertad ovejas, gallinas y vacas. Los niños pasan el día divirtiéndose mientras persiguen e intentan atrapar a los animales antes que llegue el ocaso.
Estamos hablando de una versión simplificada del Carcassonne original donde no se cuentan puntos de victoria pero ¡eso sí! hay que estar atento a lo que haga el otro jugador. Se trata de un juego que divierte tanto a grandes como a pequeños desde los 4 años. El juego es publicado en español por la editorial Devir.
El Juego:
Contiene 36 piezas de tablero y 32 figuras de madera (8 por cada color). La mecánica es muy simple: por turnos se van poniendo las piezas de tablero haciendo coincidir los lados y formando caminos.
En las piezas de tablero, delicadamente ilustradas, vemos a los niños del pueblo corriendo tras los animales. Los niños visten atuendos de los colores de cada uno de los jugadores.
¿Cómo se gana? una vez que se cierra un camino, es decir se puede identificar un punto de partida y llegada, se ponen las figuras de cada jugador sobre los dibujos de los niños del tablero. El primer jugador que logre poner todas sus fichas sobre el tablero es el que gana.
Lo genial de este juego es que la simpleza de sus reglas se contrapone con la diversidad de decisiones y estrategias que surgen y cambian durante su desarrollo. En efecto los jugadores deben estar pendientes de cómo se van formando los caminos y además de predecir las intenciones de los demás jugadores conforme avanza el juego para que al momento de cerrarse el camino se coloque la mayor cantidad de figuras de madera.
Es una delicia jugarlo con los pequeños y ver como poco a poco van comprendiendo el objetivo y como van afinando sus intenciones y estrategias.
Y cómo es clásico en los juegos europeos la belleza y el buen gusto se puede apreciar en los dibujos, instrucciones y todo el material gráfico. Un acierto de juego.
Dejo un video que hicimos registrando el momento de la apertura de la caja.
Estamos hablando de una versión simplificada del Carcassonne original donde no se cuentan puntos de victoria pero ¡eso sí! hay que estar atento a lo que haga el otro jugador. Se trata de un juego que divierte tanto a grandes como a pequeños desde los 4 años. El juego es publicado en español por la editorial Devir.
Contiene 36 piezas de tablero y 32 figuras de madera (8 por cada color). La mecánica es muy simple: por turnos se van poniendo las piezas de tablero haciendo coincidir los lados y formando caminos.
En las piezas de tablero, delicadamente ilustradas, vemos a los niños del pueblo corriendo tras los animales. Los niños visten atuendos de los colores de cada uno de los jugadores.
¿Cómo se gana? una vez que se cierra un camino, es decir se puede identificar un punto de partida y llegada, se ponen las figuras de cada jugador sobre los dibujos de los niños del tablero. El primer jugador que logre poner todas sus fichas sobre el tablero es el que gana.
Lo genial de este juego es que la simpleza de sus reglas se contrapone con la diversidad de decisiones y estrategias que surgen y cambian durante su desarrollo. En efecto los jugadores deben estar pendientes de cómo se van formando los caminos y además de predecir las intenciones de los demás jugadores conforme avanza el juego para que al momento de cerrarse el camino se coloque la mayor cantidad de figuras de madera.
Es una delicia jugarlo con los pequeños y ver como poco a poco van comprendiendo el objetivo y como van afinando sus intenciones y estrategias.
Y cómo es clásico en los juegos europeos la belleza y el buen gusto se puede apreciar en los dibujos, instrucciones y todo el material gráfico. Un acierto de juego.
Dejo un video que hicimos registrando el momento de la apertura de la caja.
Jugar es cosa seria
Limón Lúdico
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